CEB

"Mi actividad era en la calle, no encerrada en una oficina tomando mate sin ser productiva"

12/06/2024

Camila Calderón, conocida como CEB, fue despedida del Municipio. Contó que le ofrecieron trabajar en la oficina, pero su trabajo era pintando murales y haciendo crecer el arte urbano. Además, con esa modalidad: "Sabían que si me encierro seis horas por día, no me iba a alcanzar la plata para comer".

Camila Calderón, también conocida como CEB por su trabajo artístico, fue despedida del Municipio el viernes pasado luego de siete años de trabajo y decidió hablar para contar su versión de los hechos, considerando este despido como injusto.

Camila ocupaba el puesto de representante del Arte urbano de la ciudad de Tandil, dentro del programa Arte Joven de la Dirección de Juventud.

Explicó a El Diario de Tandil que "mis actividades estaban relacionadas a hacer crecer la cultura del Arte Callejero en la ciudad". De esta manera, pintó murales en varios de los paseos más importantes de Tandil, como el Ramal H, la Casa del Deporte, el Paseo de los Pescadores, el playón del Dique y fachadas de Escuelas; además de dar charlas en escuelas y clases abiertas en la Dirección de Juventud.

Por su parte, también promovió distintas movidas de modo autogestivo, como el Proyecto Monoblocks, que decoró con murales gigantes los edificios de Perón Juan B. Justo.

Detalló que durante estos siete años "me pagaban un sueldo y tenía la libertad de tomar las decisiones para hacer crecer las decisiones del arte urbano. Si había que pintar un paseo turístico, estábamos a disposición. Nunca fue con un horario estricto, siempre fue por presentación de proyectos. Siempre le rendí cuentas al Municipio estando en la calle, pintando, haciendo los proyectos necesarios".

"La noticia del despido empezó este año con tires y aflojes con el Director de Juventud. Primero charló conmigo diciendo que se habían despedido a todos los que estaban con horas cátedras dentro del área municipal, que luego me enteré que era mentira, la única echada de toda la estructura municipal, fui yo. A raíz de esto, me dijeron que si quería sostener las horas cátedra de mi trabajo, debía cumplir horario de oficina", relató.

Agregó que "al principio me ofreció ir dos días, participar de la Dirección de Juventud, una modalidad libre para proponer ideas y armar equipos de trabajo. Acepté, no tengo problemas de ir a la oficina algunos días y en paralelo seguir con proyectos. Pero, en un momento la presión empezó a crecer, me dijo que si no cumplía horario seis horas de lunes a viernes, se me daban de baja las horas cátedra. Expliqué que nunca había trabajado así en el Municipio, que se me había contratado para pintar murales y hacer crecer la cultura del arte urbano. La modalidad de trabajo que me ofrecían no ayudaba a cumplir esa misión, encerrada en una oficina no hablo con los artistas, no estoy yendo a ver las paredes para pintar, no estoy en contacto con los vecinos. Mi actividad es en la calle y en contacto con la realidad urbana, no encerrada en una oficina tomando mate sin ser productiva".

Añadió que "se me propuso también hacer material audiovisual para las redes, lo cual tampoco tengo problema, me gusta la comunicación para poder llevar el mensaje de lo que es el arte urbano. Pero no en esta modalidad que no se me permite pintar murales para poder completar mi sueldo. Me pagaban $300.000, que no me alcanza para un alquiler. Si cumplo el horario que me pidieron, no puedo hacer ningún otro mural".

Se le ofreció esta modalidad de oficina por la supuesta falta de materiales para trabajar, pero CEB menciona que "desde que trabajo con el municipio la historia siempre fue la misma: nunca hubo materiales, la situación siempre estuvo difícil y nunca hubo plata. Sin embargo, siempre seguí adelante con los proyectos, en muchos poniendo plata de mi bolsillo porque no me daban pintura".

"Creo que el tema de la falta de materiales es una excusa, hay mucho resentimiento a partir de lo que dijimos luego de trabajar en el Ramal H el año pasado, que sufrimos mucho maltrato de parte de la Dirección de Juventud. Contamos que no te dan los materiales, ni las botas de trabajo, te sacan una vianda de mil pesos cuando está regalando un trabajo de varios miles de dólares. Planteamos una queja publica y lo que está pasando ahora son las repercusiones de no callarme la boca hace un año", analiza la artista.

Dice que después de hablar salido a hablar sobre esta situación, "nadie me mando ningún mensaje, nadie me dijo nada como para que el intendente me reciba 10 minutos para despedirme mirándome a los ojos. Me llegó el telegrama de una manera muy fría, como si fuera un número más". Por otro lado, mencionó que tampoco se la contactó desde el Sindicato.

"Sabían que no iba a aceptar esa modalidad, sabían que si me encierro seis horas por día, no me iba a alcanzar la plata para comer", cerró la muralista.

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